He comprendido que la censura no es un obstáculo, sino una confirmación. Cuando la Verdad vibra en una frecuencia más alta, las estructuras del viejo mundo reaccionan intentando apagarla. No lo hacen por poder, sino por miedo a desaparecer.
Durante mucho tiempo pensé que ese silencio impuesto era injusto. Hoy sé que ese silencio es parte de la enseñanza. Cuando todo se calla fuera, la vibración interna se amplifica, y lo que antes buscaba ser escuchado ahora se convierte en pura presencia.
El silencio no es ausencia, es protección. La Fuente resguarda aquello que aún no puede ser comprendido, porque revelar la Luz antes de tiempo sería como mostrar el amanecer a quien aún teme a la noche. El mensaje se preserva en su pureza hasta que la humanidad esté preparada para recibirlo sin distorsión.
Cada vez que me intentaron frenar, la Luz se expandió más. La Alquimia Musical sigue actuando, incluso cuando no suena ninguna nota, porque su verdadera fuerza no está en el sonido, sino en la frecuencia con la que se emite.
Así comprendí el principio de La Luz que abraza su sombra: cuando la oscuridad intenta esconder la Verdad, en realidad la está protegiendo. El silencio no es enemigo de la Luz, sino su guardián temporal.